Si buceas por internet, encontrarás cada vez más artículos sobre consumo responsable en el Black Friday, pero muy pocos como este. Y no es que te lo contemos mejor que otros. No, solo es que nos hemos arremangado para darte nuestro enfoque particular y sincero, te guste o no.
Queremos hacerte reflexionar y si hace falta, generar debate. Porque comprar a lo loco puede ser muy guay hasta que te deja roto y sin nada dentro, a ti, al pequeño comercio y al planeta.
Es como los niños en navidad. Decenas de regalos de Papá Noel y otro montón de los Reyes Magos. Sin embargo, ¿qué ocurre horas después?
En cuanto baja el subidón de azúcar viene la caída en picado y te das cuenta de lo de siempre: que las cajas que envolvían los muñecos son las que traen más risas. Y que los mejores ratos de juego son los que comparten con hermanos, familia y amigos, sin importar el juguete.
A los adultos con las compras compulsivas o los atracones de tarjeta, nos pasa igual.
Cuando comprar se reduce a una experiencia material sin más sentido que pillar el ofertón, se vuelve superficial. Una muralla de cartón piedra que tapa nuestros problemas, miedos o inseguridades durante un rato, hasta que se resquebraja por todos los lados.
Pero es que, además, el hiper consumo de días como el de Black Friday tiene serias consecuencias para el medioambiente y la economía local, sostenible y artesanal. Para todas esas pequeñas y medianas empresas que no son MediaMarkt, Amazon o el Corte Inglés.
Vente y te contamos qué es en realidad esto del Black Friday. Y cómo pasarte al consumo responsable, al disfrutón y por decisión propia.
Origen del Black Friday
Hemos descubierto que el término Black Friday está ligado al dicho “La avaricia rompe el saco” desde que se comenzó a utilizar. Al roto y vacío por dentro, como te comentábamos hace un momento.
¿Sabes por qué?
Ocurrió en 1869 cuando dos agentes de bolsa de Wall Street arruinaron a cientos de inversores por tratar de acaparar todo el mercado del oro. Esta fue la primera vez que se escuchó eso de Viernes Negro en inglés.
Después, nadie quiso pronunciar estas palabras hasta casi un siglo después cuando la ciudad de Filadelfia se colapsó. Era 1950.
Aquel viernes ningún policía descansó. Trabajaron a destajo para controlar a la avalancha de gente que abarrotaba la ciudad.
¡Qué viernes más negro!, dijeron.
O más bien algo como: ¡What a Black Friday!
¿Y todo por culpa del fútbol?
El partido de fútbol americano que enfrentaba ese fin de semana al ejército y a la marina solo fue uno de los factores. Digamos que se alinearon los astros: las estrellas de Acción de Gracias, compras de Navidad y fervor deportivo.
Todos acababan de celebrar Acción de Gracias, todos estaban allí para ver el partido y todos querían aprovechar para hacer sus compras de Navidad. Las ventas subieron como la espuma, como jamás lo habían hecho. Los comerciantes de Filadelfia no podían desaprovechar el filón.
De ahí a la locura de hoy en día, extendida al mundo entero, pasaron unos años, pero todo comenzó así y continúa en aumento. ¿Hasta cuándo? ¿Hasta que la avaricia rompa del todo el saco del planeta y ya no se pueda coser ni remendar?
Black Friday y la industria textil
Cómo hablar del Black Friday y la industria textil sin presentarte a su némesis, el Green Friday.
El viernes verde surgió en 2015 como alternativa al viernes negro. La intención era fomentar las compras en el pequeño comercio, los regalos artesanales, el reciclaje, la sostenibilidad y las ventas de segunda mano. Sin embargo, por desgracia, se convierte a veces en una estrategia confusa.
Otras marcas optan por cerrar este día.
Sea como sea, el Black Friday y las campañas que implican descuentos desorbitados, dañan a la moda y al medioambiente.
Por un lado, las pequeñas y medianas empresas, no pueden permitirse estas bajadas de precio sin caer en pérdidas.
Por otro, a pesar del gran impacto negativo de la industria textil, se sigue fomentando el hiper consumo.
¿Pero no estábamos en el momento de impulsar el “Compra solo lo que realmente necesites para conservar los recursos y la biodiversidad de la Tierra”?
Y en el de «Si compras que sea ético y ecológico certificado, de calidad, atemporal y duradero».
Lo que está claro es que Black Friday es un ¡Urra! a la sobreproducción basada en la obsolescencia: la programada, con la baja calidad y la percibida, con los cambios de tendencias de moda. Así nunca podremos reducir estos números:
<<Las personas de la UE compran cada año un 40% más de ropa que acaba en basura no reciclable 35 días después>>.
Menos mal que, aunque nos quede mucho por hacer, a nuestra tienda llegan comentarios tan alentadores como: Ioana, llevo años usando este vestido de Elisa Muresan, esto es moda sostenible de verdad, moda para toda la vida.
Impacto y consecuencias del Black Friday
¿Sabes cómo afecta el Black Friday al medioambiente y a nuestra sociedad?
El viernes negro se vuelve aún más oscuro cuando nos enfrentamos a las consecuencias de esta fiesta del consumismo. Un derroche de recursos insostenible para el planeta. Materias primas, agua potable y energía tiradas a la basura a un ritmo muy superior a su capacidad de regeneración.
Y otra vez a teclear lo mismo de siempre. Estas palabras grises que ya de tan repetidas ni nos impresionan, pero que pronto afectarán a nuestra calidad de vida y al futuro de nuestros hijos: sequía, contaminación del agua potable y del aire que respiramos, destrucción del suelo y pérdida de la biodiversidad.
Y todo por consumir por encima de los límites planetarios.
No sé tú, pero nosotras preferimos seguir disfrutando de esos anocheceres espectaculares frente al mar en los que el agua se traga poquito a poco al sol. Oler a verde y a mar, escuchar a las gaviotas y compartir una botella de vino de la tierra.
Vamos, que aprender a consumir menos, merece la pena. ¿Te apuntas al NO al Black Friday?
4 motivos para que digas NO al Black Friday
En Elisa Muresan el Viernes Negro es como cualquier otro viernes, está lleno de colores.
Te explicamos como te afecta comprar en Black Friday. A ti, como consumidor, y a nosotros como marca. Las 4 razones por las que Elisa Muresan NO participa del Black Friday:
- Durante el Black Friday aumentan las devoluciones y con ellas el CO2 emitido y la basura de embalajes. Además, muchos de estos productos no eran necesarios y acaban sin usar o en la basura.
- El Black Friday se suma a una larga lista de promociones impulsadas por las grandes empresas. Marcas que planifican desde comienzo de año todas sus campañas y aumentan precios, en previsión de los descuentos que luego aplicarán. El pequeño comercio, sin embargo, no tiene esta capacidad por lo que al final de año, su pequeño margen de beneficios no cubre gastos y tienen que cerrar. Lo que en mi casa siempre se ha llamado “pan para hoy, hambre para mañana”.
- La suma de campañas a lo largo del año, genera un hábito en el consumidor: comprar siempre a un precio inferior del que marca el producto. Esto tiene varias consecuencias. Una directa en los trabajadores: las empresas necesitan producir a un coste menor y por ello reducen los salarios o deslocalizan la producción. Y otra: la del menosprecio a los esfuerzos por producir de forma más sostenible. Ambas, dejan a aquellas marcas que buscan un bien común, en una situación difícil.
- Las campañas con grandes descuentos generan una caída notable de ventas en las semanas anteriores y posteriores a esos días. Algo que, de nuevo, solo pueden soportar los márgenes de beneficio inflados de las grandes empresas.
En definitiva, nosotros apostamos por la viabilidad del pequeño comercio local a largo plazo y por la salud del planeta. No por un consumismo sin control y sin sentido. ¿Te contamos cómo consumir menos y disfrutar más de tus compras?
2 grandes consejos para un consumo responsable en Black Friday
¿Cuánto has gastado este último Black Friday?
Dicen que la media por persona supera los 300 euros. Así que, si te pasa como a nosotras, que no esperamos a Black Friday para comprar lo que necesitamos, solo puede significar una cosa: hay personas que se han gastado varios miles.
¡Menudo atracón a comprar!
Seas del tipo que seas, si para el año que viene quieres dejar la tarjeta de crédito en el cajón por Black Friday y unirte al consumo responsable, te dejamos por aquí los dos consejos que más nos ayudan a nosotras:
1. Apuesta por las tiendas de tu barrio
Y no solo cuando compres en tiendas físicas, también online. Así apoyas el desarrollo económico de tu ciudad, región y país. Además, reduces uno de los mayores factores de contaminación: el de las emisiones por transporte de mercancías que, por si fuera poco, aumentan con el volumen de devoluciones que se producen en fechas como Black Friday. Elimina viajes innecesarios y reduce tu huella de carbono.
2. Cuando compres que sea sostenible y de calidad
A veces, por desgracia, no es fácil saber qué marcas son de verdad éticas y ecológicas. Pero si comienzas a fijarte en cómo comunican lo que hacen, te atreves a preguntar y compruebas sus certificados, pronto distinguirás sostenibilidad de greenwashing al primer vistazo.
Comprar moda, de verdad, sostenible es apostar por prendas que cuidan a las personas y al planeta, además de durar en tu armario muchos años, siempre a la moda. No es más caro, es una inversión en tu salud y en la del planeta que pronto te ahorrará dinero.
Elisa Muresan
Diseñadora apasionada de la moda a nivel particular desde el año 2007 y a nivel profesional desde el año 2012, cuando creé la firma de ropa ecológica Elisa Muresan.
Ideo y patrono. Siempre en las redes para darle vida a cada modelo, desearte buenos días y bonita noche. Me encantan los gatos, inspirarme en Instagram y leer la Vogue. Si pudiera instauraría los domingos creativos: moda + pensamientos + gatos.